Biografía

INFANCIA

Maria-Mercè Marçal nació el 13 de noviembre de 1952, circunstancialmente en Barcelona. Hasta los diez años vivió en Ivars d’Urgell (Pla d’Urgell), de donde ella se consideraba originaria. Siempre recordó su punto de partida: la vida con su familia, establecida en el campo y dedicada a la vida campesina.

Su madre, Maria Serra, era una mujer a quien le encantaban el teatro y las canciones, sabía un raudal de versos y siempre que podía reunía a la chiquillería del vecindario para que bailaran e hicieran representaciones. Su padre, Antoni Marçal, que había tenido que dejar los estudios universitarios de arquitectura por motivos familiares, incentivó siempre el estudio y el amor hacia la cultura de sus dos hijas. Como Maria-Mercè Marçal escribió más tarde: «A mi madre le debo el sentido, la riqueza de la lengua. Y el canto. A mi padre, el estímulo hacia la cultura».

Otra figura importante de su infancia es la tía Mercè, hermana de su madre y su madrina, que vivía y trabajaba en Barcelona, y que no se había querido casar. Para ella fue «la mujer que me legó el sentido de la autonomía, de la individualidad y de la solidaridad conjugadas en femenino».

Estudió el bachillerato en el Instituto de Lleida, después de haber obtenido una beca. De muy joven empezó a escribir poesía, inicialmente en castellano, ya que su formación, a causa de la dictadura, había sido hasta entonces en esa lengua. Pero influida por el movimiento de la Nova Cançó (Nueva Canción) empezó a escribir los primeros versos en catalán (de hecho, a lo largo de su vida trató mucho a los cantautores catalanes; sus poemas han sido musicados por Marina Rossell, Teresa Rebull, Ramon Muntaner, Txiki Berraondo, Maria del Mar Bonet, Celdoni Fonoll y Gisela Bellsolà, entre otros muchos).

AÑOS SETENTA

En 1969 se trasladó a Barcelona, junto con su hermana Magda, para licenciarse en Filología Clásica en la Universidad de Barcelona. Fue en este periodo que frecuentó a jóvenes poetas como Miquel Desclot, Jaume Medina y Ramon Pinyol, con el que se casaría en 1972. Antes de acabar los estudios, empezó a dar clases de lengua catalana en Sant Boi de Llobregat, en el marco de la resistencia política y cultural antifranquista de la época. Toda su vida ejerció como profesora de lengua y literatura catalanas de Secundaria.

Durante la década de los setenta (una etapa especialmente intensa desde el punto de vista personal y colectivo) participó con Ramon Pinyol, Xavier Bru de Sala y Gemma d’Armengol en la creación de Llibres del Mall, una editorial que nacía con la voluntad de publicar sobre todo poesía, que tuvo como mentor a Joan Brossa y en la que colaboraron pintores como Antoni Tàpies y Joan Pere Viladecans. (Posteriormente otros artistas plásticos crearon obras en relación con sus poemas o le pidieron colaboraciones para exposiciones: Perejaume, Maria Girona, Josep Uclés, Toni Vidal.)

En 1976 Maria-Mercè Marçal ganó el premio Carles Riba de poesía con el libro Cau de llunes (Cubil de lunas). Precisamente en ese periodo de la década de los setenta, es cuando la autora entra en el mundo literario y, a la par, en el mundo político: militó en el nacionalismo de izquierda y, paralelamente, contactó con el movimiento feminista y con grupos de mujeres.

En el año 1979 publicó Bruixa de dol (Bruja de luto), y su nombre se empezó a popularizar, no solo por su obra poética, sino también por sus intervenciones y publicaciones en el marco del feminismo. Su interés por el lenguaje teatral la llevó a participar en el montaje La sala de les nines (La sala de las muñecas) de Mercè Rodoreda. Ese mismo año quedó finalista del Premio Ausiàs March de Gandia con el poemario Festanyal de l’aigua (Festejo del agua). De 1979 a 1985 colaboró en cursos sobre feminismo y literatura en la Universidad Catalana de Verano de Prada de Conflent.

Su militancia en el nacionalismo de izquierdas y en el feminismo fue muy intensa hasta su muerte, aunque, progresivamente, se fue centrando de manera prioritaria en el terreno cultural y literario.

AÑOS OCHENTA

La década de los ochenta se inicia con el nacimiento de su hija Heura, experiencia que elaboró poéticamente en Sal oberta (1982) (Sal abierta), y en la segunda parte de La germana, l’estrangera (1985) (La hermana, la extranjera). Este último libro le valió el Premio López-Picó. De este periodo también es Terra de Mai (1982) (Tierra de Nunca), poemario que significa, por parte de la autora, una primera incursión con las palabras en el territorio silenciado del amor entre mujeres. Desglaç (Deshielo), incluido en Llengua abolida (poesia 1973-1988) (Lengua abolida (poesía 1973-1988)), retoma este tema y al mismo tiempo intenta traducir en palabras el dolor por la muerte de su padre. Ésta fue su última entrega poética en vida.

En 1984 conoce a Fina Birulés, pensadora y profesora universitaria de filosofía, que fue su compañera hasta su muerte.

Durante esta década empezó a hilvanar la creación de su única novela, La passió segons Renée Vivien (La pasión según Renée Vivien), fruto de la fascinación que había ejercido sobre ella la escritora inglesa de expresión francesa que vivió en París a principios del siglo XX.

También se dedicó a la traducción de escritoras como Colette (La dona amagada, 1985). De hecho, es inseparable de su obra literaria la tarea de edición y de estudio de escritoras como Clementina Arderiu y Rosa Leveroni, y la tarea de traducción de autoras como Colette, Yourcenar, Leonor Fini y (en colaboración con Monika Zgustová) de las poetas rusas Anna Ajmátova y Marina Tsvietáieva.

AÑOS NOVENTA

Después de algunos breves intentos en el campo de la narrativa, publicó su única y extensa novela, La passió segons Renée Vivien (La pasión según Renée Vivien). La novela le aportó una lluvia de premios. El primero fue el Premio Carlemany 1994, al que siguieron el Premio de la Crítica 1995, el premio de la Crítica Serra d’Or 1995, el Joan Crexells 1995, el Prudenci Bertrana 1995 y el premio de la Institució de les Lletres Catalanes 1996, reconocimientos que representaron su consolidación también como narradora, a pesar de su clasificación inevitable como una de las poetas más importantes de la literatura catalana de los últimos tiempos.

En los últimos años de su trayectoria, impulsó la creación del Comité de Escritoras del Centro Catalán del PEN Club, con el objetivo de recuperar la obra literaria femenina y promover la visibilidad y la interrelación de las escritoras actuales.
Después de unos años de lucha contra la enfermedad, en los que escribió gran parte del poemario póstumo Raó del cos (Razón del cuerpo), murió en Barcelona el 5 de julio de 1998.

También han sido publicados póstumamente: Sota el signe del drac. Proses 1985-1997 (Bajo el signo del dragón. Prosas 1985-1997), con artículos y conferencias de ensayo literario y de pensamiento; El senyal de la pèrdua (La señal de la pérdida), su dietario íntimo de enfermedad y la correspondencia con el biógrafo de Renée Vivien, Uf, quin dissabte, rateta Arbequina (¡Uy, menudo sábado, ratita Arbequina!), cuento infantil con dibujos de su hermana, y Contra la inèrcia. Textos polítics (1979-1980) (Contra la inercia. Textos políticos (1979-1980)), una colección de crónicas políticas.

joc de llums i figuraamb poema Cau de llunes

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